a5 De Mondújar a Lanjarón

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Iglesia Parroquial de Mondújar

  • Introducción histórica:
    • RECUERDOS DE BOABDIL:
      • «Morayma era un ser superior, que jamás le reprochó nada, que tampoco le reprendió ninguna acción. Siempre lo alentaba en sus decisiones y le disculpaba los fallos. Ella lo consoló cuando hubo de entregar sus dos hijos al cristiano y cuando ajustició a los alfaquíes partidarios de Ben Saad. A veces le observaba gestos melancólicos, como si le doliera o le molestara algo, o tal vez se sintiera enferma o quizás deprimida por los trances que atravesaban. Sufría en silencio, según su costumbre, y a veces dudaba si su mal aspecto se debía o no a la añoranza de sus retoños, a los que, sin pedir su consentimiento, los alfaquíes cristianos adoctrinaban en su religión. Y eso tenía que dolerle a una musulmana tan devota y sensible como Morayma… Llevaba mucho tiempo sin ver a sus hijos y se temía que el de Aragón se negara a devolvérselos cuando hubieran de marchar fuera de Granada, a su exilio alpujarreño, donde habrían de ser devueltos a la Fé del Profeta» (Leonardo V. Villena, «El último suspiro del rey Boabdil»).
      • Cuando Boabdil iba a cumplir 10 años de edad, su madre organizó una fastuosa celebración en los jardines de La Alhambra, adornados con doseles y alfombras, con gasas y cortinajes, … La celebración se enmarcaba dentro de los actos de exaltación de Boabdil como heredero al trono de Granada. … La corte en pleno asistiría a la gran fiesta, multitud de invitados célebres, los gobernadores de las plazas sometidas a Muley Hacén, los emisarios del sultanato de Túnez, …En la medianoche de la Fiesta Real, el astrólogo miraría los planetas del cielo, leería el mensaje de las estrellas recogido en la fecha del nacimiento del príncipe heredero y descifraría los secretos desvelados en las palmas de sus manos primero y en el poso de las hierbas maceradas en su vaso después, …para testificar…que Boabdil era el elegido por el destino para hacer inmortal a Granada, como iniciador de la estirpe más pura, la que reunificaba la sangre nazarí, el linaje glorioso de su dinastía para el largo futuro que anunciaban los astros… «De pronto el viejo sabio se echó al suelo a la luz de los velones preparados en círculo, desenrrolló el pliego en el que se dibujaba el plano astral de todos los futuros del ser y, febrilmente, fue señalando con su tizón las líneas predeterminadas con los datos del nacimiento de Boabdil, formando el relato de su futuro en figuras cuyos secretos sólo él estaba comprendiendo, viendo, con los ojos desorbitados, cómo la absoluta verdad llegaba implacable a manifestarse a través de él, sintiendo, con la respiración agolpada a su garganta, que era más fuerte que su voluntad, que él no podía hacer nada para callarla. … ¡Alá es grande! -exclamó con un grito el turbado astrólogo-¡ Sólo él conoce los designios de los hombres y el destino de los imperios! ¡Boabdil vivirá largo tiempo, Boabdil será longevo porque es su sino la pena y el infortunio!…¡Dos príncipes  se acercan en las estrellas! ¡Un hombre y una mujer unidos como fueron Aixa y Muley Hacén entrarán en Granada, veo sus manos tendidas, convertirán en cruz la media luna!… ¡El reino de Granada se perderá en el abismo de los designios de Alá! ¡Granada será la perla más hermosa de una corona de oro cristiano! ¡El infortunado Zogoibi será rey para ver morir a Granada!» (Magdalena Lasala, «Boabdil: tragedia del último rey de Granada»)
    • TESTIMONIO:
      • «La Alpujarra, la región más accidentada de España, la que ofrece mayor variedad de climas y cultivos, se ubica a los piés de Sierra Nevada, que la domina y es su totem, con las cimas más señeras de la Península Ibérica, el Mulhacén (3.481 m) y el Veleta (3.392 m). Desde estas alturas hasta la costa vecina e inmediata, la Sierra ingente, con sus ahijadas la Contraviesa y Sierra de Gádor, de laderas alborotadas, lomas altivas, barrancas rápidas, ramblas umbrías, tajos espeluznantes y perspectivas maravillosas, se encrespa y despeña sobre la mar y entre los repliegues de sus abullonadas faldas abre apenas junto a las desembocaduras de las ramblas una calita recatada, un borde de arena, que los hombres han festoneado de pequeños huertos increibles, de paraisos perdidos al sol». (José Ángel Tapia Garrido – «Historia de la Baja Alpujarra»).
    • SOBRE LANJARÓN: «Desde la antigüedad más remota cruzaron el paraje -Lanjarón-, a marcha irregular, caravanas sucesivas de pueblos diferentes: fenicios, cartagineses, romanos, vándalos, judíos, árabes,… Al abrigo de la excelsa montaña que, siglos más tardes, bautizarían los musulmanes con el nombre de Bordaila, acampaban sosegados. Y todos, a punto de despegue, musitaban la endecha, resuelta tantas veces en sollozo delator: «Péguese mi lengua al paladar, si de tí me olvidare». … Sostenía el tío Jeromo -y no cabía en su testa ni medio pelo de lerdo- que el pueblo se remontaba a la Alta Edad Media. El bloque inicial integrado por gentes arrancadas del litoral mediterráneo. De la entonces remota Sexi (Almuñécar) y la risueña Salambina (Salobreña). Pastores que, orillando rebaños por la anfractuosidad de los ríos, remontaban la altura hasta alcanzar la anchurosa greca verde de las faldas serreñas. La bonanza del clima, la copia de pasturas y el subyugante clamor de sus aguas desencadenaron el embrujo. Y removieron la tierra, esparcieron la simiente y, a la espera del fruto, se hicieron sedentarios. Y quedaron, de por vida, plantados sobre el milagro telúrico. Durante el siglo X y en el desbordamiento del furor sarraceno por la Península, llegaban a Lanjarón dos tribus mahometanas, acaudilladas por sendos moros notables: Joraidan y Gil el Barbarí. Tan repentino crecimiento demográfico impuso sensibles mejores en sus rudimentarias estructuras. Multiplicación del caserío; impulso renovado al pastoreo y agricultura; nuevo sistema de riego, tan acabado y perfecto que ha llegado hasta nosotros sin retoque ni enmienda. Surgieron molinos harineros, hornos panaderos, de cal y yesería, fraguas, carpinterías, alfares, industrias esparteras, el cultivo del sirgo o industria sedera, telares de brocados y lencería, de primorosas mantas y jarapas que aún se confeccionan en la comarca alpujarreña. El pueblo distribuido en tres barrios: Aceituno, Cenete y Azocaque. El primero arrancaba de Los Cuatro Chorros hacia la Cuesta de Salinas. Cenete, dentro del pago que todavía conserva su nombre. Barrio del Azocaque, derramado por el confín SO del pago de La Loceta, amparado en la peña gigante que, poco después, serviría de recio pedestal al recinto castrense: el Castillo, dentro de su perímetro amurallado. Perímetro o compás conocido con el nombre de Presidio. A cada barrio su nombre. Uno sólo para los tres: Lanjarón , de Al-Lancharón, aumentativo de Al-Lanchar, que viene a significar «Campo de las Fuentes Saludables». Fuentes que rebasaron el número de treinta y dos el pasado siglo». … Su calle principal, desde la ermita de San Roque hasta las casillas del Cañuelo, comprende seiscientos setenta y seis metros. Cuenta con otras muchas calles, más cortas y empinadas por imperativo de su topografía. … Su escabrosidad topográfica encierra el regalo de latitudes diferentes y temperaturas múltiples, entorno adecuado para el cultivo de variadísimas especies tropicales y alpinas. Desde el plátano y chirimoyo, seguidos de la pita, la chumbera, el cidro, el naranjo y limonero, el olivo, el almendro, la palmera y el granado, la cepa vinatera, el níspero, el membrillo y acerolo, el serbal, el azufaifo… Multiplicada variedad de peras, ciruelas, albérchigos, higueras, melocotones, cerezas, uvas de mesa, peros navideños… Castaños, nogueras, pinos, eucaliptos, cipreses, abetos, liquen, torvisco, helecho, culantro, felpudos esmeralda de musgo e incontables especies propias de regiones glaciares. Todo al amparo de su particular circunstancia: dentro de cada especie, incluidas las hortícolas, los frutos maduran gradualmente, prolongando su dádiva por tiempo más dilatado de lo normal dentro de la planicie, donde cada fruto alcanza su madurez simultáneamente». (Juan Gutiérrez Padial – «LANJARÓN-Historia y Tradición»).

  • Datos de la etapa:
    • Itinerario: Mondújar – Talará – Barranco de la Fuentezuela – Camino de servicio de la Acequia – Barranco Tablate – Puente Nazarí – Venta de las Angustias – Aldea abandonada de Tablate – Fuente del cortijo Tablate – El Higuerón -Barranco de Aguilar – Barranco del Albercón – Barranco Salado – Museo de la Miel -Lanjarón.
    • Recorrido: Lineal, 17,3 kms.
    • Descripción de la etapa:
      • Iniciamos nuestro caminar en Mondújar, desde el aparcamiento que hay junto a la iglesia parroquial de la Encarnación, antigua mezquita: construcción del siglo XVI, construida con piedra caliza de Cónchar, de una sola nave, planta rectangular y cabecera plana; su cubierta tiene una armadura mudéjar de madera de pino de las Albuñuelas ( con limas mahomares y almizate estrellado); su torre tiene tres cuerpos con cubierta a cuatro aguas y vanos dobles sobre alfiz.
      • Es temprano, hace poco que amaneció y las pocas personas que se cruzan con nosotros nos saludan amistosamente, dando muestra del agradable carácter de la gente que habita por estas tierras. Una placentera sensación nos invade augurando una bonita jornada de senderismo.
      • Bordeando la iglesia empezamos a callejear. Bajamos. Un cúmulo alegre de golondrinas, amontonadas en los cables, bajo los aleros de los tejados, nos saludan alegrándonos el día, poniendo paz en el espíritu y animando el caminar.
      • Casi sin darnos cuenta estamos en la plaza en la que se encuentra la Iglesia Parroquial de Talará. Y es que los núcleos urbanos de Mondújar y Talará, con el tiempo, se han ido acercando y ya, hoy, están juntitos no existiendo una frontera definida. Junto a la Iglesia de la Inmaculada Concepción (construida en el siglo XVI y renovada en el siglo XVIII), se encuentra la casa familiar de uno de sus Hijos Ilustres: Francisco de Paula Villa-Real y Valdivia (historiador, literato y catedrático de la Universidad de Granada) y ya junto a la antigua carretera Nacional, el molino de aceite de la familia Alejandro Tapia, recientemente rehabilitado.
      • Andamos dirección sur-este, atravesando el puente sobre el barranco de Gudey o del Arrendate (más abajo, de Chite). Al otro lado del puente, a la derecha, se encuentra la estatua de Zoraya («Lucero de la mañana») / Isabel de Solís, obra de la escultora Pilar Soto Solier, inaugurada en 2007 y que simboliza la dos Culturas, cristiana y musulmana: Zoraya dá su cuerpo al rey Muley Hacén (padre de Boabdil), por lo que éste fluye en dirección hacia el Castillo de Mondújar…., pero su espíritu, quiso permanecer en el cristianismo…, por lo que se «retuerce»… en dirección hacia la Ermita del Cristo del Zapato del Cerro de Chinchirina, en Pinos del Valle…
      • Seguimos caminando por el Barrio de la Purísima, o de las Eras, en el antiguo pago agrícola del Burguil (Burgo), donde en 2002, realizando tareas de movimiento del terreno, con motivo de las obras de construcción de la autovía, se encontró un antiguo macáber (cementerio musulmán): una vez excavado arqueológicamente, los restos humanos encontrados fueron trasladados al cementerio árabe de la Alhambra.
      • Pasamos a continuación por el túnel que permite cruzar bajo el trazado de la autovía Sierra Nevada-Costa Tropical, y caminando junto al Cementerio de Talará, que dejamos a la derecha,  acometemos las primeras empinadas rampas del día. Este antiguo camino que sube hacia la Sierra, se encuentra hoy asfaltado. En la primera curva a la izquierda, dejamos el camino y seguimos subiendo por un bonito sendero, entre pinos y plantas aromáticas, como el tomillo y el romero.
      • Rodeamos la loma, siempre a la sombra de los pinos, descendiendo, hasta finalizar el trazado de este antiguo sendero, junto a una acequia y un camino de servicio (construidos a principios de la década de 1980, como contraprestación y ayuda al Valle de Lecrín, por las pérdidas de terrenos agrícolas, ocasionadas por la construcción de la presa de Beznar).  A partir de ahora, esta encauzada acequia será nuestro hilo conductor, primero entre pinos y luego entre frondosos olivos, naranjos y limoneros, llegando casi sin darnos cuenta hasta las inmediaciones  del Barranco de Tablate. Esta zona es rica en zarzas, que generosamente nos entregan su fruto,  suculentas y dulces moras que comemos con notable infantil fruición.
      • Dejamos el curso de la acequia y comenzamos a descender hasta llegar a las inmediaciones de la carretera N-323a, que tomamos a la izquierda y por la que caminamos por el arcén, con toda la debida precaución, hasta desviarnos a la derecha por la antigua carretera que nos llevará consecutivamente a «Las Ballenas» (curiosa formación geológica situada a la derecha de la carretera), el antiguo Puente Nazarí, la Ermita de la Virgen de las Angustias y de San Antonio y la Venta de las Angustias (de Tablate o de Luís Padilla). Esta zona, encrucijada de caminos, fue un cruce de enorme valor estratégico en el pasado, ya que era de paso obligado entre aquellos que se dirigían a la Costa o a la Alpujarra.
      • Pedro Antonio de Alarcón, en su «Viaje a las Alpujarras», nos dice de la zona: «El terreno se angostó al poco rato, formando una profunda garganta y minutos después pasamos el imponente y sombrío Puente de Tablate, cuyo único, brevísimo ojo, tiene nada menos que 150 pies de profundidad. … El Tablate más que río, es un impetuoso torrente que se precipita de la Sierra en el río Grande, abriendo un hondísimo tajo vertical, tan pintoresco como horrible. … Aquella cortadura del único camino medio transitable que conduce a la Alpujarra es una de las principales defensas de éste país, su llave estratégica, el foso de aquel ingente castillo de montañas. … Ha habido pues, muchos Puentes de Tablate, quemados unos, volados otros, y todos cubiertos de sangre, de fenicios, cartagineses, romanos, godos, árabes, moriscos, austríacos o franceses y, por supuesto, de españoles de todos los siglos».
      • El 10 de Enero de 1569: 17 días después de la elección en Beznar de Aben Humeya como Caudillo de la Rebelión de los Moriscos, se encontraron aquí las tropas del marqués de Mondéjar y las banderas blancas y rojas de los rebeldes al mando de Girón de Archidona, Anacoz y el Rendati… destruído el puente de Tablate… el fraile franciscano Cristóbal Molina, con un crucifijo en la mano izquierda, una espada en la derecha, los hábitos cogidos en la cinta y una rodela a la espalda, saltó sobre los restos del destruído puente, hacia el lado ocupado por los rebeldes… el resto es Historia…  Tablate, fue el comienzo de su final… que acabó en una masacre… y la expulsión final de los Moriscos.
      • A escasos metros de la Venta de las Angustias, dirección la Alpujarra, en la primera curva a la izquierda, aparece un semiperdido y abandonado sendero que en muy mal estado, nos adentra poco a poco, casi sin quererlo, en otro mundo, caminando irremediables hacia un tiempo anterior que se nos antoja no muy lejano, haciéndonos sentir que algo que había sido, ya no es. Poco a poco, encontramos las primeras derruidas tapias, tejados caídos, puertas desaparecidas, casas de ventanas y puertas que nos miran boquiabiertas, restos silenciosos de un mejor pasado ya, por desgracia, desaparecido. Nos encontramos en la abandonada población de Tablate.
      • Hace ya que su último habitante, un pastor, dejó de vivir aquí. Silencio, abandono, dejadez, ruina… Una mezcla de pena y tristeza invade nuestro ánimo. Sentir cerca algo que fué y que ya no es, produce silenciosas sensaciones e internas reflexiones.
      • Vemos la iglesia abandonada, con su puerta tapiada de bloques y posteriormente, abierta forzada irreverentemente; cascotes y tejado semihundido, proclamando una segura, pronta y total desaparición, restos de pinturas murales. La Iglesia parroquial de Santiago, fue construída entre 1561 y 1563 por el maestro albañil Luís de Morales, el maestro carpintero Francisco Hernández y las tejas vidriadas las hizo el maestro alfarero Alonso Hernández… Fue incendiada durante la Rebelión de los Moriscos. Reconstruída en 1603, con muros de ladrillo y cajón tapial y el alero de ladrillo en esquinilla.
      • Damos unos pasos subiendo a una elevación para dar un vistazo del entorno, imaginando la gran alberca (destruída en parte, durante la construcción del trazado de la nueva carretera hacia Lanjarón) y el caudaloso sistema de acequias que repartían el agua por el terreno de la aldea. Nos asomamos en asombrado silencio, a la gran construcción de rica ornamentación, signo de mejor época, que abre sus espaciosas habitaciones al intrépido visitante, una amplísima estancia con dos enormes piedras como fantasmas preparados, por si de pronto hubiera algo que moler, anunciando que estamos en lo que queda de un otrora floreciente molino de aceite. Restos y ruinas nos contemplan, en un todo pasa todo queda. Caminamos despacio, sin volver la vista atrás, asomándonos con el pensamiento a lo que seguro fué una mejor y próspera época que ya irremediablemente terminó. Sin apenas abrir la boca y dando la espalda a la ruina de Tablate, bajamos ahora el abandonado carril, cruzando la carretera hacia la Fuente del Cortijo de Tablate, que seca ni nos saluda.
      • Empieza ahora el ascenso de verdad, paso a paso, sin prisa y sin pausa, por un carril en regular estado que mezcla tramos cimentados con piso de tierra, que va haciéndonos coger, casi sin darnos cuenta, altura constante y permitiéndonos contemplar el paisaje a vista de pájaro, cada vez más altos en un cielo que parece podemos tocar y que de vez en cuando imaginamos compartir con el vuelo parsimonioso de alguna rapaz.
      • El carril sigue zigzagueando y cogiendo cada vez más altura. Tenemos al espectacular barranco de Tablate a nuestra izquierda y vamos cruzando y dejando atrás los barrancos del Higuerón y de Aguilar, llegando hasta la cota más alta de la ruta a 1022 metros.
      • Una vez arriba, es un buen momento para hacer una reconfortante parada, recuperar el resuello y disfrutar de las hermosas panorámicas del Valle, con los pantanos de Béznar y Rules como puntos de extremo y que ya dejaremos de ver, puesto que nos adentramos ahora en el barranco Salado en el que se encuentra encajado Lanjarón, nuestro punto de destino (Al-Lancharon = Lugar de manantiales) y al que nos diriginos ahora usando el Sendero Local Forestal-Peñuela.
      • Atravesamos ahora una zona rica en mineral de hierro que en el pasado fue explotado comercialmente. Bocas de minas, restos de materiales de las excavaciones y grandes construcciones y arquitecturas para el tratamiento del mineral se encuentran ahora por todas partes. Nosotros seguimos por el sendero y carril que entra de lleno en el barranco Salado y por el que vertiginosamente descendemos. Un carril que en un corto tramo tiene dos cuartas de polvo y que deja paso a tramos cementados y asfaltados consecutivamente. La vegetación del monte mediterráneo deja sitio a los cultivos tropicales y típicamente alpujarreños. Grandes y majestuosos pinos escoltados de regueros de agua ferruginosa nos saludan ya a la puertas de Lanjarón, pasando por las puertas del Museo de la Miel (Centro de Interpretación de la Apicultura para la conservación de la Biodiversidad con 4 áreas didácticas: Lagar de Cera – Itinerario Didáctico Apícola – Colección de Colmenares – Museo de la Miel) y accediendo a la población «cañonera» junto a la Venta de El Frenazo y a las instalaciones del hermoso Balneario de Lanjarón.
      • Conocidas las aguas minero medicinales de Lanjarón, desde la más remota antigüedad, con sus manantiales Capuchina, Capilla, San Vicente, Salud, El Salado, Hoya del Grillo, Cenete, Adelfas, San Antonio, Gayombar … así hasta 35… no fue hasta principios del siglo XIX cuando comenzaron a explotarse como Balneario… pasando su explotación de titularidad municipal, a Doña María del Carmen Hernández Espinosa de los Monteros, duquesa de Santoña, a Sor Matilde Carrillo Noguera, de la Congregación de las Hijas de la Caridad, … por sus instalaciones pasaron Manuel de Falla y su hermana María del Carmen (que se hospedaban en el Hotel Andalucía Palas, a sólo unos metros del Balneario) y Federico García Lorca (que se hospedaba en el Hotel España, emplazado en lo altero de la Avenida…).
      • Toca ahora pasear, distendidamente, por la calle principal de Lanjarón, un pueblo como tantos que ha crecido a lo largo de la carretera nacional. Pasamos junto a la Oficina de Turismo (a la derecha) y al edificio construido en 1928 en estilo Neomudéjar, con doble torre, del antiguo Balneario (a la izquierda).
      • Acometemos el reto, como no podía ser menos, de saborear las exquisitas y frescas aguas de cada uno de los muy bien cuidados Pilares que jalonan el camino hasta llegar a la Plaza del Ayuntamiento de Lanjarón, punto en el que damos por terminada esta etapa. ¡Qué refrescante recompensa!
      • Como epílogo de la jornada, nos encontramos que en estos días de agosto, Lanjarón celebra su Fiesta Medieval, lo que nos hace encontrárnoslo revestido con sus mejores y llamativas galas, dando un toque muy adecuado a esta ruta de Boabdil. ¡Qué suerte hemos tenido!
    • Dificultad: Media-Difícil. Presenta duras rampas en subida desde Tablate, así como fuertes descensos hasta Lanjarón por el Barranco Salado. IBP la cataloga como una ruta que necesita una preparación física Media y por la dificultad de la ruta como Media. El índice de dificultad IBP es 68. Ver más datos IBP aquí>>>
    • Tiempo en movimiento: 5 horas 25 minutos.
    • Acumulado: 567 m subiendo; 641 m bajando.
    • Media en movimiento: 3,4 kms/h
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Track ruta


  • Datos de Interés:
    • Alojamiento: Lanjarón es famoso por sus aguas medicinales y balneario. Es un punto de la geografía granadina de gran atracción turística por ese motivo, así como por ser la Puerta de la Comarca de la Alpujarra. La oferta de alojamientos es amplia y variada, por lo que no encontraremos ningun inconveniente para ello. Ver alojamientos en Lanjarón aquí>>>
    • Gastronomía: Tal y como hemos comentado anteriormente y es lógico suponer, al ser Lanjarón un punto de gran interés turístico y a la vez puerta de la Alpujarra, concentra una gran variedad de sitios en los que es fácil degustar la amplia y rica cocina alpujarreña.  Ver una más completa información sobre La Gastronomía de la Alpujarra aquí>>>
    • Transporte: Para viajar desde Lanjarón podemos usar ALSA>>>
    • Lugares a visitar:
      • En relación con el agua, elemento esencial en Lanjarón, recomendamos la visita al Balneario, en donde podremos degustar sus aguas medicinales. Y por supuesto, pasear relajadamente por sus calles y plazas para ir contemplando sus innumerables fuentes. Lanjarón es un pueblo que vive en torno al agua, diríamos que lo adora, y por ello dispone de un enorme surtido de altares-fuentes, decoradas con azulejos y poemas, que rinden culto al agua, líquido elemento que siempre mana sabroso y fresco haciendo las delicias de los visitantes.
      • En Lanjarón, puede visitarse su Iglesia Parroquial de la Virgen de la Encarnación, siglos XVI y XVII y la Ermita de San Roque. También podemos caminar para llegar hasta el castillo árabe, bastante bien conservado y por supuesto pasear por sus estrechas y populosas calles que muy bien guardan sabores de épocas pasadas, algo que cada vez sentiremos con más frecuencia e intensidad, ya que poco a poco nos estamos adentrando en el último reducto de los moros, refugio de Boabdil y de sus vasallos, que en esta tierra encontraron refugio y acomodo, algo que se nota perfectamente en la actualidad.
      • Una población tan importante en todos los sentidos, como Lanjarón, bien vale la pena conocer y visitar, sobre todo el Barrio Hondillo, el que acumula mayor concentración de estrechas callejuelas y fuentes adornadas de coloridas flores y macetas. Más información sobre Lanjarón aquí>>>

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